En los mercados públicos de Latinoamérica es frecuente encontrar historias de niños, niñas y adolescentes que han dejado de cargar un morral lleno de libros, para alzar una caja de frutas y verduras. No se escuchan sus risas, ni tampoco se ven corriendo de un lado a otro. Por el contrario, solo tristeza y desesperanza es lo que reflejan sus miradas...