Los grandes desafíos de la humanidad, particularmente el cambio climático, requieren que trabajemos con determinación para superarlos. Desde el sector privado hablamos del modelo de las ‘3P’: tener un impacto positivo en la sociedad, en las personas y en el planeta. ¿Pero, qué significa esto para una compañía de 134 años?
Significa poner a la sostenibilidad en el centro de las decisiones; trabajar involucrando a las comunidades a lo largo de nuestra cadena de valor, buscando generar un movimiento de progreso social y armonía con el entorno que habitamos, pero para conseguirlo necesariamente nos plantea el reto de la transformación, no solo de nuestras estructuras sino de la forma en que hacemos las cosas a partir de la innovación y las nuevas tecnologías.
Hace menos de 10 años la sostenibilidad era un asunto filantrópico, exclusivo de las fundaciones empresariales, con limitado poder transformador. Hoy contamos con equipos especializados en áreas como producción, cadena de abastecimiento y logística, que permanentemente están respondiendo preguntas sobre cómo descarbonizar nuestra operación y contribuir con la adaptación al cambio climático.
Este último punto me lleva al siguiente planteamiento; la innovación y el uso de tecnología para atender las necesidades de nuestros clientes y consumidores más sosteniblemente.
Así surgen dos ideas que son parte esencial de nuestra estrategia: la primera, nuestra meta de alcanzar las cero emisiones netas al 2040, más que una estrategia de compensación y la segunda, lograr dicho cambio eliminando no solo las emisiones de las cuales somos directamente responsables, sino también las indirectas, que se producen como consecuencia de nuestra actividad.
En Bavaria hablamos de ser una empresa cada vez más local, natural e incluyente. Para materializar estas características, contamos con una estrategia de 6 frentes: agua, agricultura, economía circular, emprendimiento, consumo responsable y acción climática. Recientes anuncios, como que el 100% de nuestra energía eléctrica provendrá de fuentes fotovoltaicas o la adquisición de nuestra flota eléctrica, que hoy día cuenta con más de 200 camiones, hacen parte de esta apuesta.
Las empresas son el motor de la economía y tenemos el reto de adaptar nuestros negocios para que respondan a las necesidades de un mundo que requiere reducir los impactos ambientales. La transición a una sociedad con cero emisiones netas implica cambiar de forma responsable cómo producimos y consumimos, para así crear juntos un futuro con más motivos para brindar.
Artículo publicado originalmente en Portafolio
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