Recientemente tuve la oportunidad de visitar un nuevo museo ubicado en la Ciudad de Panamá, denominado el Museo de la Libertad y de los Derechos Humanos. Abierto hacen tan solo un poco más de dos meses.
Montaje extraordinario, instalaciones impecables, información sustentada, piezas de valor histórico, guías que son maestros, y todo absolutamente asequible. Sin embargo… El museo estaba vacío, o mejor dicho, "reservado en pleno para mí".
De tal manera que me paseé tranquilamente por la primera sala, en la que se expone el recorrido histórico que hizo posible la Declaración Universal de los Derechos Humanos, luego por la segunda, en la que se presenta cruda y contundentemente la realidad de nuestros días respecto a cada uno de esos 30 derechos, para luego arribar a la tercera y última sala que denominan "voces que inspiran", en la que muestran las luchas de activistas que hoy defienden tales derechos alrededor del planeta.
Fue un recorrido extraordinario, primero interesante y luego perturbador, que finalizó con la esperanza de esas voces que no se dejan abrumar por las injusticias que permanecen vigentes en nuestras comunidades.
iPero estaba vacío! No había nadie más enterándose de la muerte de tantos migrantes alrededor del planeta que ya no son noticia. No había minorías discriminadas enterándose de que no estaban solas. No había niños conociendo sus derechos. Y en ese vacío, hoy, 3 de cada 5 millenials, no están enterados del holocausto, sus desgracias, y los terribles saldos de la xenofobia. Como no conocen las afectaciones a la salud humana y ambiental de la industrial textil que confecciona los millones de jeans que hoy lucen, y tanto más.
Y no tenemos opción. Es necesario hacer ese recorrido. Saber de dónde venimos, lo que hemos logrado y cómo lo hicimos; para enfrentar luego, cara a cara, la realidad de un presenteque solemos evadir con la misma eficiencia con la que evadimos la muerte, que siempre llega aunque miremos hacia los lados para ignorarla.
Y si es necesario el recorrido, ila llegada es urgente!. Como urgente es multiplicar las voces, las mentes y los corazones que inspiren… No tanto para defender nuestros derechos, como para custodiar los de nuestros hermanos.La opinión expresada en esta entrada de blog es de exclusiva responsabilidad de su autor y no necesariamente reflejan el punto de vista de Pacto Global Red Colombia.