Un antes y un después marcó al mundo; la pandemia sin duda ha sido la gran protagonista no solo por los impactos negativos, pérdidas humanas, crisis económica, conflictos sociales, entre otros, también ha movilizado oportunidades muy positivas. Aceleró los procesos de transformación empresarial, propició reinventarnos, adaptarnos creativamente a los retos y las nuevas experiencias laborales, permitió avanzar del estancamiento tecnológico en el que la industria y las empresas en Colombia se encontraban.
Hoy existen más ofertas de rutas y canales digitales, plataformas accesibles para hacer la vida más fácil, acceder rápidamente a soluciones y trámites que quedan a la distancia de un clic.
El mundo avanza y el escenario del trabajo debe hacerlo a un ritmo similar. Los retos que sin duda concentrarán nuestra atención será, entre otros, la implementación de acciones que aseguren escenarios más futuristas, atractivos a las nuevas generaciones quienes cada vez colonizan masivamente los terrenos laborales con ideas y maneras de ver.
El trabajo híbrido extiende una diversidad con nuevas formas de realizar las actividades laborales, potencializando así organizaciones sostenibles y sobre todo RESILIENTES.
Este término juega un papel fundamental, no solo porque se ha convertido en un concepto popular, sino porque se vuelve una necesidad real de las empresas para adaptarse rápidamente a los cambios y las exigencias que atrae la bien llamada nueva normalidad.
Dinamizar programas en salud psicosocial y salud mental representan una oportunidad para seguir avanzando en proyectos orientados al mejoramiento e intervención prioritaria de las condiciones laborales y generar así un impacto positivo sobre la salud integral y el bienestar de las empresas.
En el marco de desarrollo de la resiliencia Organizacional, POSITIVA Compañía de Seguros S.A emprendió un macroproyecto destinado a evaluar la capacidad resiliente en diferentes empresas del país, con la participación de más de 40.000 trabajadores a nivel nacional de diferentes sectores económicos.
Las cifras nos brindan un panorama muy alentador como sociedad, puesto que evidencia la alta capacidad que tenemos para enfrentar y superar situaciones complejas, aceptar el cambio de manera natural y sobre todo flexibilizar la forma en la que vemos el mundo de hoy.
Más del 70% de los trabajadores evaluados presentan altos niveles de resiliencia, dato que indica la capacidad laboral del recurso humano que nos permite como sociedad movilizar acciones para reinventarnos, aprender y seguir avanzando. Para ello es necesario apropiar las herramientas que permitan una curva evolutiva hacia una sociedad que se TRANFORMA desde su cultura hasta el corazón de cada individuo.
También es de anotar que los resultados en términos de edad, estado civil, muestra diferencias importantes, una de ellas es que los trabajadores mayores tienen una resiliencia más alta, así como las personas casadas o con vínculos afectivos vigentes. Aunque la diferencia en general no es notoria, es de anotar que existen variables personales que influyen directamente en la percepción de la capacidad de resiliencia.
Finalmente, el llamado a empresas y trabajadores es, por una parte, cambiar las preguntas que históricamente nos hemos venido haciendo, por preguntas que rompan los paradigmas. Atrevernos a cuestionar el verdadero propósito misional de las empresas, si el trabajo que realizamos nos brinda felicidad, ¿nos sentimos conectados emocionalmente con lo que hacemos?, ¿es fácil cambiar la forma en la que estamos viendo el trabajo?, ¿Mantendremos el trabajo tal como lo conocemos hoy?, ¿Las nuevas generaciones exageran al desear un trabajo más flexible y menos desgastante?, ¿La alta dirección está dispuesta a cambiar su forma de pensar?, ¿Podemos considerar que las nuevas formas de trabajo representan para las empresas una verdadera oportunidad para diversificarse y trascender las fronteras que hasta hace poco tiempo eran imposibles de visualizar?.
Las empresas que puedan dar respuesta a estas y muchas más preguntas, se convierten en organizaciones más resilientes, capaces de transformarse, para impactar positivamente en sus entornos y garantizar su sostenibilidad, podrán colonizar el nuevo mundo del trabajo y apropiarán los grandes talentos que promoverán el avance hacia una sociedad más creativa, consciente y mentalmente saludable.
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