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Más hombres en la equidad de la mujer

Más hombres en la equidad de la mujer

Cada 8 de marzo, y cada vez con más intensidad, la humanidad rinde homenaje a la mujer, y más allá de las bonitas palabras, intenciones retóricas e ingeniosos mensajes en los grupos familiares y de amigos y en las redes sociales, hay detrás la intención auténtica y legítima de unir voluntades ciertas, en busca de una sociedad más equitativa para las mujeres.

He dicho en otros espacios públicos que, cuando las luchas legítimas son radicalizadas y rozan con el fundamentalismo y la violencia, las sociedades se resisten, se alejan, generan desconfianza y perdemos tiempo valioso para avanzar colectivamente hacia el logro de ideales universales. En el caso de la equidad de mujer, la lucha no puede ser solo de las mujeres o de algunos grupos de ellas, ¡no!. La causa por una sociedad más justa y equitativa es de todos. Mujeres y hombres que construyan un compromiso ineludible de equidad, inclusión, equilibro, respeto y desarrollo armónico.

Permítanme hablar solamente desde la perspectiva del mundo laboral y profesional. ¿Por qué, a pesar de aparentes avances en este campo, sigue siendo tan necesaria la promoción activa de equidad? Múltiples son los estudios de diversas universidades nacionales e internacionales. Como orgulloso profesor del CESA debo destacar aquí los trabajos que se vienen haciendo en el Centro de Estudios de Gobierno Corporativo sobre equidad especialmente en juntas directivas. El abordaje rigurosos de consultoras internacionales entre ellas McKinsey y más recientemente Odgers Berndtson. Las apuestas innovadoras de equidad como el Club del 30 %, Women in Connection, She Is Foundation, Foro de Presidentes, entre muchas otras. Y por supuesto también el liderazgo público en la materia en cabeza de la señora vicepresidenta de la república Marta Lucía Ramírez y la alta consejera presidencial Gheidy Gallo. Esta mención es apenas una referencia de la enorme y creciente convergencia de fuerzas que hoy más que nunca arropan la causa de la equidad, no como una apuesta ideológica o partidista no, sino como lo que es, un justo, legítimo y necesario trabajo de equidad, una urgencia técnica y ética para la sostenibilidad y sobrevivencia misma de la sociedad en el presente y el futuro.

Con todas estas instancias, estudios y reflexiones podríamos aproximarnos a tres grandes claves de trabajo, a modo de hoja de ruta, para avanzar con mayor velocidad en la búsqueda de la equidad, al menos desde el punto de vista laboral: Remuneración y oportunidades, Gobierno corporativo y Transformación cultural.

1. Remuneración y oportunidades

Es uno de los ámbitos que ha sido más abordado por los estudios y sin embargo, a mi modo de ver, más allá de una razón de discriminación no se encuentran argumentos y causas suficientes que expliquen por qué, según la OIT las mujeres ganan un 23 % menos que los hombres en los mismos cargos de responsabilidad. Habría que revisar si efectivamente la brecha se viene cerrando, y si es así, si esto corresponde a una verdadera mejora de equidad o a un empeoramiento del mercado laboral. Basta con registrar las cifras que nos deja el impacto covid en el mercado laboral colombiano, desempleo femenino casi del 24 % frente al 13 % en hombres.

2. Gobierno corporativo

Hay evidencia de todo tipo que demuestra que el avance de las mujeres hacia los cargos directivos y la membresía de las mujeres en las juntas directivas generar mejoramientos correlativos en el desempeño y rentabilidad de las empresas. Las diferencias e inequidades en el acceso a puestos de mayor responsabilidad configura la situación ya muy conocida como “techo de cristal”, esas barreras técnicas y culturales (que se han invisibilizado) que impiden el avance de las carreras profesionales y el acceso a cargos de dirección y gobierno. Pronto veremos los resultados del estudio de Odgers Berndtson en Colombia, liderado por Sonia Perdomo asociada del Foro de Presidentes, que nos mostrará el estado de la situación en diversos sectores económicos y sociales.

3. Transformación cultural

Parece que en determinados sectores finalmente estamos superando viejas consideraciones culturales en las cuales las funciones de padres y madres parecían compartimentos estancados y los roles se ejercían profundizando abusos e inequidades. Lamentablemente las evidencias y las noticias de todos los días en países como el nuestro nos demuestran que estamos lejos de superar esas concepciones en la mayoría de la población. Aún debemos hacer grandes esfuerzos de adaptación y de transformación cultural para lograr en el futuro un ambiente social que permita la equidad y el desarrollo pleno de hombres y mujeres.

Si trabajar con convicción por avanzar al menos en estos tres ámbitos supone ser feminista, pues reitero que lo soy, y lo digo como hijo de una mujer maravillosa, como hermano de dos mujeres sorprendentes, como esposo de la mejor mujer del mundo, como padre orgulloso de una mujer que quiero que viva plenamente con equidad, como nieto, sobrino, primo, tío, yerno, jefe, subordinado, colega, par, amigo, etc. Lo he dicho antes y lo digo ahora que en la causa de equidad para la mujer hacen falta muchos más hombres.

Artículo publicado originalmente en Revista Semana


La opinión expresada en esta entrada de blog es de exclusiva responsabilidad de su autor y no necesariamente reflejan el punto de vista de Pacto Global Red Colombia.

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Domingo, 22 Diciembre 2024