Y es que en tiempos de crisis y en particular en tiempos de pandemia, se acaba el discurso, se baja el telón y la realidad permea a la estrategia.
Momentos de verdad que permite a los seres humanos en sus diferentes roles, empresarios, padres y madres de familia, lideres políticos y sociales, evidenciar que lo que has creado y diseñado, efectivamente se aplique a la crítica realidad; en la que lo que antes funcionaba, hoy va perdiendo sentido. ¡Se hace necesario entonces, volver a la simplicidad natural del buen vivir!
Es ahí, en lo simple y natural de la vida, donde la responsabilidad social corporativa renace, partiendo siempre desde la responsabilidad individual de ese ser humano que, desde su rol, debe afrontar una realidad e intervenir su vida y su contexto.
Entender que por primera vez la humanidad se posiciona ante la economía, que la salud se prioriza sobre el trabajo, que la familia vuelve a reunirse en el seno del hogar, que papá tiene la oportunidad de conocer a sus hijos y que mamá puede delegar varias de sus ocupaciones en los demás miembros de la familia, que la conciencia del buen vivir y el cuidado personal y familiar vuelve a ser prioritario y que para ello el ser supera al hacer y lo material pierde valor para dar paso a la simplicidad del distanciamiento social, del no hacinamiento, del orden, la limpieza, la solidaridad, la conciencia colectiva y la importancia de sobrevivir.
Pero no solo en casa se exige una nueva mentalidad, en espacios empresariales, el ausentismo deja de ser un tema para contrarrestar y sancionar, a ser un tema para reevaluar y aplaudir; los horarios de entrada y salida han sido reemplazados por los horarios para cumplir protocolos de desinfección; las grandes oficinas han sido reemplazadas por las salas de la casa y las reuniones improductivas por las reuniones digitales focalizadas.
No más aires acondicionados sino el ambiente natural de los hogares; no más estrés al movilizarse bajo el largo y tedioso tráfico, sino la gran oportunidad para poner en funcionamiento la creatividad para disfrutar el espacio del hogar; la eliminación de los procesos complejos y la implementación de procesos prácticos, ágiles y digitales.
El tiempo se reduce, se vuelve más productivo; las relaciones se intensifican; ¡la espera se convierte en tu mejor aliado y el cerebro izquierdo debe despertar!
Una nueva forma de ser, sentir y vivir que hace que la responsabilidad social individual y la corporativa cobren nuevamente sentido y renazca en todas nuestras decisiones de vida.!
La opinión expresada en esta entrada de blog es de exclusiva responsabilidad de su autor y no necesariamente reflejan el punto de vista de Pacto Global Red Colombia.