El secreto de las 10.000 horas

“La práctica no es lo que uno hace cuando es bueno. Es lo que uno hace para volverse bueno”
Malcolm Gladwell

Las historias de las personas exitosas siempre están llenas de un poco de misterio, son personas que al inicio de sus vidas nacieron comunes y corrientes, con retos y dificultades, pero que de un momento a otro como por cuestión de magia ¡boom! encuentran su camino al éxito y se abren todas las oportunidades.

¿Cómo lo lograron? Es una historia real o cuestión de magia; tenían un talento innato o los contactos apropiados, o simplemente estaban en el lugar correcto en el momento indicado, tal vez fue simplemente suerte. Pero debemos saber que no es solo una cosa o una coincidencia, es una combinación de muchas cosas las que les permite destacarse.

 Aunque el éxito sea la combinación de muchos factores, existe un "ingrediente secreto" del que pocas veces se habla, pero que es clave para conseguirlo, y eso es: ¡tiempo! Malcolm Gladwell en su libro Outliers (Fuera de Serie), menciona que existe "la regla de las 10.000 horas", esta regla consiste en que, si bien el talento es un tema necesario para destacarse, el éxito es la suma del talento y la preparación, por lo tanto, es necesario practicar y practicar para sobresalir.

Pero ¿de dónde sale el número mágico de las 10.000 horas? de acuerdo con un estudio realizado por la Academia de Música de Berlín, lo que distingue a un músico extraordinario de uno normal o de uno mediocre, es el tiempo de dedicación a la práctica del instrumento. Para este caso, el estudio identificó que el músico extraordinario practicó -al menos- 10.000 horas, el normal unas 8.000 horas y el mediocre tan solo 4.000, antes de ingresar a una academia superior de música. Lo interesante del estudio, es que no se encontraron diferencias con las personas "dotadas" por naturaleza, lo único que demostró una verdadera diferencia fue el tiempo que destinaron a la práctica.

Interesante ¡¿verdad?! Pues imagínense que hay más, porque esta regla no es solo aplicable al mundo de la música, sino que existen muchos ejemplos de ello en otros ámbitos. Uno de los más destacables se encuentra en el mundo de la tecnología, cuenta la leyenda que Bill Gates deja Harvard para crear su empresa y revolucionar el mundo de la tecnología. Lo que no se cuenta es que, cuando él ingresa a Harvard ya tenía más de 10.000 horas de experiencia programando software en computador. Bill Gates, comenzó a programar desde muy niño, cuando en unas vacaciones de verano ingresó a un club informático y tuvo su primer contacto con la programación, para él fue amor a primera vista y se dedicó a programar en todas sus horas disponibles (y no disponibles) porque el tema realmente lo apasionaba.

Decidí compartirles la regla de las 10.000 horas porque a veces pensamos que el camino al éxito está lejos de nuestro alcance, que depende de si nacimos con un talento en particular o en un lugar específico, con una estrella encima de nuestra cabeza o en un punto especial en la historia, pero lo que nos recuerda esta regla es que: “la maestría” o dominar una habilidad dependerá de nosotros mismos, del interés que le demostremos y del tiempo que le dediquemos.

Por eso, la invitación para esta semana es que le saquemos tiempo a esas cosas que queremos dominar, no importa que al principio no seamos buenos o fallemos seguido, la idea es que con la práctica cada vez seamos mejores; esa es la razón por la que, cuando las cosas no nos estén saliendo como esperábamos, tenemos que recordar con amor que lo que nos puede estar haciendo falta es tiempo de práctica, y sin perder el entusiasmo, debemos continuar practicando aquello que tanto nos interesa, hasta llegar a dominarlo y alcanzar su maestría y así estaremos un paso más cerca de alcanzar el éxito.

¡Feliz semana de practicar eso en lo que queremos ser los mejores!

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