En los últimos años, hemos oído a menudo los términos ‘Moda Sostenible’, ‘Moda Circular’, ‘Fast fashion’, ‘Slow Fashion’ etc., sin embargo, posiblemente no hemos profundizado en el trasfondo de lo que ésto significa y cómo podemos aportar desde nuestro rol como consumidores en el construir y exigir verdaderamente una industria de Moda Sostenible.
Es apenas normal que cuando oímos sobre Moda Sostenible, pensemos tan solo en una manera de reciclar o comprar ropa de segunda mano, pero ojo, porque esto va más allá, la Moda Sostenible hace referencia, como lo menciona la revista VOGUE, a un nuevo paradigma que rediseñó la industria textil en el mundo (1).
Según el libro, “Moda Sostenible, guía para iniciarse”, la Moda Sostenible es aquella que combina el respeto por el medio ambiente, los Derechos Humanos y Laborales, y las prácticas comerciales sostenibles, es decir, que tanto el consumo de recursos naturales como la producción de residuos sólidos vertidos en aguas residuales y emisiones atmosféricas, no superan la capacidad de los ecosistemas para producir dichos recursos o neutralizar dichos residuos (2).
Una vez mencionado esto, es imprescindible que la industria incluya a la ‘Moda Circular’ en su quehacer, es decir, que si al producir una prenda como sería lo ideal, no se genera el menor impacto ambiental, reduciendo el consumo de agua, energía, y sustancias químicas, mínimo debe apostarse a que sea factible su reincorporación al ciclo de la naturaleza y no se convierta en basura.
Al mismo tiempo, es importante en nuestro papel de consumidores, entender que el concepto de Moda Circular, radica en una manera de consumo de prendas consciente, la cual propone la tarea implícita de brindar un nuevo uso o reincorporar las prendas a la tierra, una vez haya terminado su ciclo de vida útil. Lo anterior, no es nada menos que nuestra responsabilidad, porque no es solo una labor de las industrias, nosotros tenemos un papel protagónico en cuidar el medio ambiente a través de la ropa que consumimos.
Y si bien, vestir es una necesidad primaria del ser humano, el acumular y generar desperdicio, evidentemente no lo es, por ende, el alimentar una industria Fast Fashion o de moda rápida, es decir, según Greenpeace México, la producción de “grandes volúmenes de ropa, en función de las tendencias y una necesidad inventada de innovación”, tampoco. No obstante, aunque en la actualidad cada vez más personas están preocupadas por la Sostenibilidad y el cuidado del planeta, encontramos que, según cifras de Earth.org, “tan solo la producción de ropa representa el 10% de las emisiones de CO2 a nivel global, el equivalente a lo que libera la Unión Europea por sí sola”.
Adicionalmente, del Fast Fashion radica otra problemática grave, y es el abuso laboral y atropellos en contra de los Derechos Humanos de los trabajadores, no en vano, según Greenpeace México, “para cumplir con los plazos que la fast fashion ha impuesto, la producción de las prendas se realiza en países que tienen condiciones laborales precarias, generalmente en el sur de Asia, como pueden ser: Bangladesh, India, Camboya, Indonesia, Malasia, Sri Lanka y China” (2).
Camino al Slow Fashion
Por todo lo anterior, generar un cambio en nuestros hábitos de consumo, es urgente y vital para el Desarrollo Sostenible y el cumplimiento de Objetivos de Desarrollo Sostenible como el ODS 8, 9, 10 y 11, haciendo una importante transición al tan mencionado Slow Fashion o Moda Lenta, la cual surge “ como una respuesta a las problemáticas generadas por la moda rápida, planteando con firmeza una forma más consciente de pensar y hacer la moda, generando cambios y modificaciones para que los procesos sean más amigables con el medio ambiente y con quienes trabajan en él” (3).
En fin, toda esta información nos deja sin duda, una sensación de querer hacer parte del cambio, siendo más conscientes en esto de adquirir nuevas prendas, llevando a cabo acciones que marquen la diferencia, entre ellas, el apoyar por ejemplo marcas nacionales que se caractericen por usar elementos y técnicas amigables con el medio ambiente para su producción y respeten los derechos de sus trabajadores.
Además, es fundamental pensar a la hora de comprar, en tres pilares fundamentales; ¿lo necesito? ¿Lo voy a usar realmente? ¿Es producido en condiciones de empleo dignas, además de respetar los ecosistemas? ¡Seamos curiosos e investiguemos si nuestras marcas favoritas son sostenibles!
Referencias
- https://www.vogue.mx/sustentabilidad/articulo/moda-circular-que-es-y-porque-es-importante
- https://books.google.com.co/books?id=8M3SBAAAQBAJ&printsec=frontcover&dq=moda+sostenible&hl=es&sa=X&redir_esc=y#v=onepage&q=moda%20sostenible&f=false
- https://www.vogue.mx/moda/articulo/fast-fashion-y-slow-fashion-principales-diferencias
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