Aprendizaje interdisciplinario
Hace algunos días participé de un ejercicio estratégico alrededor del tema de la educación superior y la ruta clave para ejecutar en este año 2025. Concluíamos que el concepto moderno de una Institución de Educación Superior (IES), como el espacio objetivo donde gestionar el proyecto educativo terciario, había cambiado completamente, así como también cambiaron los actores y los medios para alcanzar los resultados de aprendizajes acordes con las necesidades sociales contemporáneas.
Hablamos de una IES multimodalidad, multi producto (me perdonaran los ortodoxos de la academia), multicanalidad, multiniveles, multicredenciales y multidisciplinaria, entre otras características. La razón de esta nueva manera de concebir la Universidad se ata a que los desafíos o problemas de nuestro mundo son tan integrados como complejos. Colocar los problemas, o incluso las teorías, en categorías individuales no deja apreciar la complejidad total de estos, entre otros como la realidad de la paz aquí en Colombia y en el mundo, pero también el cambio climático, la pobreza, las desigualdades sociales y, particularmente, la educación en todos sus niveles de formación.
La concepción de una IES multidisciplinar nos permite hablar de un enfoque educativo interdisciplinar que se convierte en clave para abordar los grandes problemas del mundo real de hoy. Una sola perspectiva y, mucho menos, una sola disciplina académica o campo de conocimiento será insuficiente para alcanzar el aprendizaje pertinente más coherente con la necesidad por resolver. La complejidad requiere un enfoque que aplique conocimientos, habilidades, métodos y herramientas de varios campos. Este enfoque es muy adecuado para abordar los desafíos nacionales y globales que hoy pareciera que nos tienen en un “callejón sin salida” produciendo todas las incertidumbres y miedos posibles.
La coherencia curricular de este enfoque se sustenta en una visión pedagógica y didáctica por problemas, por casos, por el saber hacer o lo que algunos teóricos de la educación llaman pedagogía activa. Es importante, entonces, que este aprendizaje se extienda más allá de la mayoría de los ejercicios tradicionales en el aula, que todavía se centran en la disciplina. La orientación de esta pedagogía permite practicar la lluvia de ideas y la colaboración, destilando la comprensión del pensamiento crítico en resultados que reflejan soluciones complejas a problemas abiertos y no estructurados. En lugar de irse con respuestas enlatadas y un conjunto estrecho de teorías, los estudiantes aprenden a desarrollar la capacidad de crear preguntas más perspicaces y relevantes para abordar problemas del mundo real.
El aprendizaje interdisciplinario puede proporcionar un enfoque particularmente práctico para la educación contemporánea.
Debido a que la mayoría de los problemas están interconectados e interdependientes, en lugar de asilar a los estudiantes dentro de límites temáticos rígidos, los alienta a pensar de manera integral, crítica y creativa y aprenden sobre los problemas desde una perspectiva de sistema, obteniendo una visión holística para resolver lo complejo de la existencia humana. Aprenden sobre temas y conceptos que abarcan disciplinas académicas, sectores, industrias y realidades geopolíticas.
Artículo publicado originalmente en La República
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