Así se acumulan los microplásticos en tu cuerpo: más en el cerebro que en el hígado o los riñones
Plásticos recogidos en la playa de Famara (Lanzarote).EL MUNDO
Una investigación analiza la presencia de estas partículas diminutas en 52 cadáveres y halla mayores concentraciones en muestras de 2024 con respecto a 2016
Por: C. García
3 febrero 2025
Los microplásticos suponen un motivo de preocupación creciente por su posible impacto tanto en el medio ambiente como en la salud. Numerosas investigaciones estudian las repercusiones que puede acarrear estar expuesto a estas partículas diminutas, cuya influencia y posibles implicaciones aún no se conocen.
Un trabajo publicado esta semana en Nature Medicine aporta nuevos datos a esta línea de estudio. Según sus resultados, tanto nanoplásticos como los microplásticos (que pueden ser tan pequeños como un nanometro, la milmillonésima parte de un metro) o 500 micrometros -un micrometro equivale a la millónesima parte del metro-) acumulan en mayor medida en el cerebro que en el hígado o los riñones humanos.
Los autores de la investigación, dirigidos por Matthew Campen, de la Universidad de Nuevo México (EEUU), analizaron la presencia de micro y nanoplásticos en 52 cadáveres humanos entre 2016 y 2024 y no solo constataron que las concentraciones de estas partículas eran mayores en el cerebro que en el hígado o en los riñones, sino que el volumen de partículas detectadas también crecía con el paso del tiempo. Eran mayores en las muestras tomadas más tardíamente.
La cantidad de micro y nanoplásticos presentes en el medio ambiente ha crecido exponencialmente en las últimas décadas. Todavía no se conoce a ciencia cierta su capacidad para dañar el organismo, pero es una creciente área de estudio.
El equipo de Campen se valió de una innovadora metodología para estudiar la presencia y distribución de estas partículas en distintos tejidos de cadáveres sometidos a autopsias entre 2016 y 2024. En total, analizaron 52 cuerpos.
Comprobaron que las concentraciones de partículas eran mayores en las muestras cerebrales (todas procedentes de la región cortical) que en las obtenidas de tejidos renales y hepáticos. También vieron que las concentraciones de los cuerpos estudiados en 2024 eran mayores de los procedentes de 2016. Es más, cuando compararon estos hallazgos con los de tejidos de épocas anteriores (entre 1997 y 2023), vieron que las concentraciones más altas estaban presentes en las muestras más recientes.
Los científicos también hallaron otra cuestión importante: que la concentración de micro y nanoplásticos en 12 cerebros de individuos que habían padecido demencia era mayor que en otros cerebros.
En su trabajo, los científicos subrayan que el trabajo solo ha podido establecer una asociación entre ambos factores, no una relación de causalidad y recuerdan que se necesitan estudios a más largo plazo y con población más diversa para determinar tanto las tendencias de acumulación de estas partículas en el organismo como sus potenciales implicaciones para la salud.
"El estudio publicado en la revista Nature Medicine evalúa la presencia de micro (MPs) y nanoplásticos (NPs) en cerebros humanos. Se trata de una evidencia más de la exposición humana a estos contaminantes, con la relevancia que puede tener que microplásticos y nanoplásticos sean capaces de alcanzar nuestros cerebros", ha señalado Ethel Eljarrat, directora del Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua (IDAEA-CSIC) a SMC España.
Eljarrat recuerda que se requiere más investigación para conocer el impacto de esta exposición. "No deberíamos olvidar focalizar los futuros estudios en los posibles efectos que pueden causar los aditivos químicos asociados a estos MPs y NPs. Con base en resultados de estudios previos de nuestro grupo de investigación, sabemos que varios de los aditivos químicos utilizados, como retardantes de llama o plastificantes, son capaces de atravesar la membrana hematoencefálica y llegar al cerebro. Y se sabe que varios de estos compuestos producen efectos neurotóxicos, por lo que es necesario no limitar únicamente las futuras investigaciones a los posibles efectos físicos que pueda causar la presencia de MPS y NPs en el cerebro, sino también centrarse en los efectos químicos de los aditivos", añade la científica, quien hace hincapié en que el estudio refleje un aumento en los niveles de micro y nanoplásticos encontrados en los tejidos.
"No es de extrañar, pues los datos de producción mundial de plástico crecen también año tras año, lo que conlleva un incremento de la contaminación por plástico de nuestros ecosistemas y, por consiguiente, un incremento de la exposición humana a MPs y NPs. Datos como los aquí presentados ponen de manifiesto la necesidad de alcanzar de manera urgente acuerdos internacionales para lograr poner un tope a la producción de plástico", concluye.
Fuente: EL MUNDO